jueves, 12 de noviembre de 2009

Aspectos educativos y cultural
En el Estado Vargas contamos con institutos educacionales tanto a nivel primario como a nivel secundario en todas las parroquias que lo integran; además se cuenta con el Núcleo Universitario Simón Bolívar, que ofrece carreras cortas de bachilleres, tale como: turismo, hotelería, administración portuaria y trasporte, organización empresarial y del trabajo, mecánica de aeronaves, tecnología eléctrica y electrónica, tecnología mecánica, comercio exterior y administración aduanera.
Con respecto al área cultural, existe un movimiento en sentido muy importante que es organizado por Fundarte, que aunque ha decaído en sus esfuerzos últimamente por falta de ayuda oficial, ha venido dando en tiempos anteriores un gran impulso a los distintos grupos y a los artistas, que han mostrado el interés en desarrollar el arte en esta región y de que gran parte de nuestra población participe en las distintas actividades artísticas.
Servicios:
· Aeropuerto Internacional Simón Bolívar: Vía Catia la Mar. Estado Vargas.
· Corporación de Turismo de Venezuela: Av. Lecuna, Torre Oeste pisos 35, 36 y 37 Parque Central, Caracas.
· Puerto del Litoral Central: Av. Soublette, terminal marítimo de pasajeros, nivel puentes La Guaira.
Vargas
El desarrollo económico del estado Vargas ha sido marcado por las exigencias de la ciudad capital del país: Caracas, mas no tanto por las necesidades propias de la región para su progreso.
De hecho, la forma en la que ha proliferado su infraestructura vial y su población lo demuestra. Las dos avenidas principales que atraviesan el largo y delgado estado son La Armada y Soublette. La primera termina donde concluyen los predios del Instituto Autónomo Aeropuerto Internacional de Maiquetía; la segunda llega hasta un poco más allá del Puerto de La Guaira, y concluye en Macuto, en las cercanías de la instalaciones del Teleférico Macuto-Humbold. El resto de los accesos viales son reducidos y, en su mayoría, no planificados.
Como es lógico, la población varguense ha crecido en torno a estos polos económicos y todas sus actividades conexas, vinculadas siempre a las aduanas, almacenes de mercancía y recaudación fiscal propias del servicio portuario y aeroportuario.
Por ser costero, el estado tiene altas potencialidades para el desarrollo económico tales como las turísticas y la pesquera. No obstante, ambas están deprimidas. El turismo se limita a la recepción de temporaditas que visitan las playas los fines de semana y en los días asueto. Es una actividad que ha proliferado sin una conducción estatal, sin un proyecto rector. Pocas empresas se dedican a desarrollar el turismo en la región.
De echo, el Puerto de La Guaira recibe turistas extranjeros quienes son conducidos directamente a Caracas, mas no conocen al estado.
La zona de Maiquetía es donde se concentra la mayor actividad económica del Estado Vargas. Los referenciales de venta indican que en este sector se moviliza un gran porcentaje del flujo comercial del Litoral Central, lo que lo convierte en un punto de inversión muy atractivo.
La actividad pesquera, afectada gravemente por la tragedia, específicamente por el derrame de químicos tóxicos sobre las costas del litoral central, también está deprimida y no ha recibido un apoyo contundente por parte del gobierno nacional o regional. En Vargas existen tres centros pesqueros que ofrecen empleo a unas 5.000 personas, estos se ubican en el propio Puerto de La Guaira y en las localidades de Puerto Cruz, Playa Verde y Playa La Zorra, todas al oeste del estado. Antes de la tragedia, la actividad pesquera tenía una producción mensual cercana las 30 mil kilos de pescado.
Igualmente, las actividades agropecuarias están poco desarrolladas, pese a que el estado posee excelentes suelos para el cultivo al oeste del estado, específicamente en las parroquias Carayaca y El Junko. Sin embargo, esta zona contribuye con el suministro de productos agrícolas y pecuarios a los mercados populares de la región y de Caracas.
Otro polo importante de actividad económica es el Complejo Termoeléctrico de Arrecifes, y la Planta Tacoa, que genera energía eléctrica alternativa para el valle capitalino. En 1947 se iniciaron los trabajos preliminares para su construcción. Ambas plantas está adscritas a la Electricidad de Caracas.
Caminar por Vargas dos años después de una tragedia tan terrible, es caminar por pueblos fantasmas, donde el dolor, la desolación y la impotencia cruzan el oxigeno. Hay menos tierra y escombros, pero hay mas dolor porque hace dos años hubo una tragedia por culpa de la naturaleza y esa tragedia se mantiene ahora por culpa de la incompetencia de los hombres.
Vargas presenta todavía un aspecto desolador en la mayor parte de las áreas urbanas que no han sido reconstruidas al ritmo que se preveía. Aunque el Gobierno asegura que los trabajos no se han detenido, observadores independientes afirman que tras el importante nivel de reposición, el año pasado, de los servicios básicos, durante el 2001 no se ha adelantado nada más. Miles de damnificados siguen viviendo en situación precaria a pesar de que el presidente Hugo Chávez les prometió hace dos años que cambiarían esa condición por la de "dignificados".
Vargas sigue esperando por su reconstrucción, pero más allá de la restauración física, Vargas pide la reconstrucción de la confianza en quien puso su esperanza, para recuperar de nuevo sus caminos.
Luego de la tragedia del año 1999, la economía del Estado Vargas se mantuvo deprimida por meses. Las labores de reconstrucción acapararon las inversiones públicas y prácticamente el capital privado abandonó la zona.
Antes del fatídico 16 de diciembre de 1999, la economía del estado Vargas dependía principalmente de las actividades producidas en el sector comercial y de servicios. El Puerto de La Guaira (PLG) y el Aeropuerto Internacional de Maiquetía constituían los pilares fundamentales para el desarrollo y sustento de esta entidad federal, que para el día de la tragedia contaba apenas con una vida constitucional de 11 meses.
Con una superficie de 1.496,5 kilómetros cuadrados y una población superior a 410 mil habitantes, este estado hoy sufre los efectos de la paralización económica producida por las inclementes lluvias. Las consecuencias de la tragedia se traducen en más de 15 mil personas fallecidas, 100 mil damnificados, 30 mil puestos de trabajo perdidos (que agudiza el desempleo de 80 por ciento que existía en la zona) y daños materiales por el orden de 10 mil millones de dólares.
Frente a esta situación, gobierno y sector privado unen sus esfuerzos para alcanzar un solo objetivo: la reactivación económica de Vargas. Planes maestros para generar nuevos empleos, reubicar damnificados, desarrollar polos de producción en otras zonas del país y recuperar la normalidad en las zonas afectadas, están siendo diseñados conjuntamente por el poder Ejecutivo central, autoridades locales y empresarios.
A la hora de diseñar un plan de reconstrucción para el estado Vargas, es importante conocer que su economía giraba en torno al PLG, cuyas instalaciones y capacidades, para el manejo de mercancías lo colocan como el principal puerto de Venezuela y el segundo en movimientos de cargas.
A través de este puerto se realizaban exportaciones de aluminio, acero, cerámica y frutas, principalmente a Estados Unidos de Norteamérica, Antillas Neerlandesas y otros países del continente americano. También por este recinto salían productos venezolanos rumbo a Japón y otras naciones asiáticas.
Asimismo entraban al país las importaciones dirigidas a Caracas y la región central, principalmente de granos, químicos, vidrio, papel, telas, acero y máquinas industriales, provenientes de Estados Unidos de Norteamérica (50%), Europa (25%), Asia (10%) y otros países (México y Brasil, por ejemplo).
Vargas también dependía en buena medida de la actividad turística que generaban 47 recintos hoteleros, una veintena de clubes privados, balnearios, restaurantes y otros centros recreacionales donde los caraqueños acudían religiosamente los fines de semana, feriados y épocas vacacionales.
La siembra, poco desarrollada en la región, era explotada en forma artesanal en las parroquias de Carayaca y Caruao, donde había granjas de agricultura y cunicultura. En Carayaca, existían 37 asentamientos campesinos que explotaban 5.970 hectáreas (divididas en 37 sectores), mientras en Caruao convivían 4 asentamientos en los cuales 243 familias cultivaban un total de 558,5 hectáreas.
Sobre la pesca, esta actividad se realizaba con métodos artesanales entre Cabo Codera y Cabo San Román. Las estadísticas hablan de 9 comunidades pesqueras, que en su mayoría manejaban un nivel de captura de 600 mil kilogramos anuales por pescador.

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